Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image Demo image

Proyecto de reflexión y síntesis desde la experiencia

  • viernes, 5 de marzo de 2010
  • N30N3MYZ►►►366

  • Cuántas veces en conversaciones y charlas entre maestros y maestras hemos dicho: "Esto habría que escribirlo, esto sí es la verdad de la escuela y no lo que cuentan en la tele o en los periódicos". Y es que cada profesión vista desde dentro y trabajada todos los días difiere mucho de los estereotipos que la población en general tiene asumidos sobre ella. Y más en la enseñanza. Porque hay oficios en los que los que los profesionales de los mismos gozan de una cierta autoridad y sus opiniones son respetadas, pero otras como la docencia no. Pocas personas le discuten a un médico o a un panadero sobre su trabajo, pero todo el mundo se ve capacitado a intervenir y opinar sobre la escuela, contradecir a los maestros y si es preciso ponerlos a parir. Visto desde esta óptica, la mayoría de los maestros-as (en adelante usaré poco maestros-as, niños-as, padres-madres... por funcionalidad en la escritura y la lectura) se limitan a hacer su trabajo, a prepararse sus clases, a reciclarse, pero hablan poco de la escuela, excepto cuando se juntan varios en una boda o en la playa y a la media hora ya están charlando de la escuela apasionadamente. Harían falta más voces de los enseñantes en la sociedad para explicar qué es lo que hacemos de las nueve a las dos de la tarde con los niños en las escuelas.

    0 comentarios:

    Publicar un comentario